El periodismo de control cambia vidas porque abrimos esa caja demasiado peque\u00f1a en la que la mayor\u00eda de la gente cree que vive. Creemos que las noticias pueden y deben ampliar el sentido de identidad y posibilidad m\u00e1s all\u00e1 de las estrechas expectativas convencionales.<\/p>\n
“Muchas cosas que acaban” siendo significativas, escribe el cient\u00edfico social Joseph Grenny, “han surgido de talleres de conferencias, art\u00edculos o v\u00eddeos en l\u00ednea que empezaron como una tarea y acabaron con una idea. Mi trabajo en Kenia, por ejemplo, estuvo muy influenciado por un art\u00edculo del Christian Science Monitor que me obligu\u00e9 a leer 10 a\u00f1os antes. A veces, llamamos a las cosas ‘aburridas’ simplemente porque se encuentran fuera de la caja en la que estamos actualmente”.<\/p>\n
Si hubiera que inventar un chiste sobre el Monitor, probablemente ser\u00eda ese. Se nos considera globales, justos, perspicaces y quiz\u00e1 demasiado serios. Somos la magdalena de salvado del periodismo.<\/p>\n
El Monitor es una peque\u00f1a y peculiar publicaci\u00f3n que es dif\u00edcil de entender para el mundo. Estamos dirigidos por una iglesia, pero no somos s\u00f3lo para los miembros de la iglesia y no tratamos de convertir a la gente. Tenemos fama de ser justos incluso cuando el mundo est\u00e1 tan polarizado como en cualquier otro momento desde la fundaci\u00f3n del peri\u00f3dico en 1908.<\/p>\n